Bienvenidos a La Favorita

Hay veces en las que la vida te empuja a parar. A escuchar el cuerpo. A observar el alma. A hacerte preguntas que nunca antes te habías hecho. Yo no llegué a este punto de mi vida desde la inspiración, sino desde la desesperación. Porque a veces, solo cuando todo se desmorona, encontramos el verdadero propósito detrás del caos. No lo elegí conscientemente, más bien fue el camino quien me eligió a mí. Y como suele pasar en estos casos, me resistí. Por falta de información, de conciencia, de ganas. Por ignorancia, porque nadie me había enseñado otra forma.

Durante años viví completamente desconectada de mí misma. Malos hábitos, mucho estrés, una alimentación caótica y repleta de ultraprocesados, relaciones que no me hacían bien, estudios que no me llenaban, ciudades que me estaban apagando poco a poco. Hasta que el cuerpo, sabio y paciente, dijo basta. Pero dijo basta de una forma salvaje, sin medias tintas. Me obligó a parar mi vida en seco.

El primer aviso fue un brote de psoriasis en gota. Después vinieron muchos más, cada vez más agresivos. A eso se sumó una profunda depresión, agotamiento físico y mental, problemas digestivos, una ansiedad constante, problemas del sueño… sentía que me estaba apagando. Vivía en una desconexión total, tanto conmigo misma como con mi entorno. Recuerdo épocas donde ni siquiera podía mirarme al espejo. Gracias Alejandro por acompañarme en esos momentos y quitarlos todos de mi vista. Épocas donde mi único propósito del día era que llegara ya el siguiente. O que no llegara. 

No sabría decirte el momento exacto donde la cabeza me hizo clic, pero vino Dios a verme. Si no, yo no estaría en este mundo a día de hoy. Estaba cansada de que todos los profesionales de la salud solo me ofrecieran soluciones temporales sin abordar el origen de todos mis problemas. Nadie me habló sobre alimentación. Nadie me habló sobre estilo de vida. Ni de la relación que tenía una enfermedad con otra, como por ejemplo el Síndrome de Intestino Irritable con la depresión, y ésta, a su vez, con la psoriasis. Y viceversa. Tampoco de la importancia del ejercicio o de la espiritualidad. Ni de la microbiota. Yo quería resolver las cosas desde la raíz. Además, cada tratamiento que me recetaban, tanto para la psoriasis como para la depresión, venía acompañado de demasiados efectos secundarios, creando un efecto de bola de nieve que me destruía más que sanaba. Así que, como nadie me daba solución a nada, empecé a investigar por mi cuenta. Mi hermana dice que parezco la enciclopedia, pero es que no me ha quedado otra. 

No tengo la verdad absoluta ni la panacea de las enfermedades autoinmunes, ni de la depresión, pero lo que sí tengo es experiencia luchando con ellas todos los días desde hace diez años y muchas horas de lectura, estudio e investigación a las espaldas. 

Este blog nace de ahí, del silencio y del desorden. De la búsqueda sincera por entender el cuerpo, cuidar el alma y ponerle palabras al misterio de estar viva. Aquí comparto lo que aprendí andando, tropezando y volviendo a andar: salud, cuerpo, alma, medicina ancestral, fermentos, libros, espiritualidad… y todo lo que me va despertando por dentro. A mi yo de hace diez años le habría hecho bien encontrar un lugar así. Pero imagino que mi propósito fue vivirlo para poder contártelo a ti. Escribo para recordar(me) que incluso en el caos hay orden, y que todo lo que parece fragmentado también forma parte del camino. Si estas palabras te alcanzan en un momento necesario, entonces ya están haciendo su trabajo.

Y sobre el nombre, tal vez te lo preguntes: ¿por qué "La Favorita"? Si me lees porque me sigues en Instagram, seguramente ya sepas que me encanta hacer kombucha. Si eres nuevo, has de saber que soy una loca apasionada de los fermentos. Me encanta hacer kombucha en casa, jugar con sabores, pero sobre todo compartirla. Y cada vez que regalo una botella a alguien cercano, todos me dicen lo mismo: que es su favorita de todas las que han probado. Y eso, en el fondo, es lo que me gustaría que fuese este blog para ti: tu kombucha favorita.

Gracias por dedicarme un rato de tu tiempo. Ojalá algo de lo que encuentres entre estas palabras cada jueves te resuene, te inspire o simplemente te haga sentir acompañado en el momento justo.

- La Favorita.